Blindaje inédito en la Castellana: «No ha habido algo igual ni en los partidos grandes de Champions»
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Clanes de alberto
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En Marceliano y Concha Espina anima este domingo una afición distinta a la habitual. Muchos de ellos llegan del otro lado del charco con sus equipaciones puestas y con peluches de las mascotas de su equipo en mano para presenciar un evento muy esperado: la National Football League (NFL) en el Santiago Bernabéu . Es precisamente esta expectación y el alcance internacional del evento deportivo en el estadio del Real Madrid lo que ha motivado un dispositivo policial de más de 800 agentes y unos cortes de tráfico que no han dejado indiferentes ni a los asistentes, ni a conductores ni a los vecinos de la zona, que señalan que «no se ha visto algo así ni en un partido grande la Champions» .Los hinchas del Miami Dolphins y los del Washington Commanders, que comenzaron a llegar a esta zona del distrito de Chamartín cerca de mediodía, consiguieron cambiar las bengalas y los bombos de los futboleros por toda una charanga con animadoras, transformando el templo blanco en una sede de la cultura yanqui. Los aficionados de ambos equipos se juntaron entre ellos en los bares de la zona, se fotografiaban junto al estadio, cantaban y comentaban sobre el partido que estaba a punto de comenzar.Llegaban al Bernabéu a pie, bajando la calle del Padre Damián, recorriendo el paseo de la Castellana desde la plaza de Cuzco o Nuevos Ministerios, o colándose por las vías aledañas del estadio del Real Madrid. Todas estas calles han estado cortadas al tráfico para garantizar la circulación y blindadas con 425 policías municipales –que se encargaron de hacer controles de tráfico, de la venta ambulante y de las ‘fan zone’– y al menos 400 policías nacionales para tener controlada la zona en la que se disputó esta partido de fútbol americano y que tuvo cerca de 83.000 asistentes. Noticia Relacionada fútbol americano estandar No Calles abarrotadas y alta seguridad: sublime ambiente antes del Dolphins - Commanders del Bernabéu Manuel Merinero Miles de personas convirtieron las inmediaciones del feudo blanco en una fiesta con un marcado acento estadounidenseEl despliegue del Cuerpo nacional ha incluido diez grupos de la Unidad de Intervención Policial (UIP), además de efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), caballería, subsuelo y medios aéreos. Tal y como se ha considerado en otros eventos deportivos que han tenido lugar anteriormente en este estadio, la seguridad es un factor clave en la organización de este evento deportivo. Y aún más siendo conocedores de los incidentes que han tenido lugar recientemente en Europa, entre los que se encuentra el atentado terrorista del pasado mes de diciembre en el mercadillo de Navidad de Magdeburgo que dejó seis muertos y más de 330 heridos.Cabe recordar que España se encuentra en nivel 4 reforzado de alerta Antiterrorista –siendo el quinto el más alto de la escala– desde los atentados de Francia, Túnez, Kuwait y Somalia de 2015. No obstante, Madrid ya tenía experiencia en eventos de esta envergadura y con alto riesgo. El estadio del Real Madrid acogió en 2018 la final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, que contó con cerca de 4.000 efectivos policiales ante la posibilidad de altercados entre los aficionados.Así, sumado al control policial, también la organización del evento se ha encargado de tener controlada esta cuestión. Las entradas habituales al estadio estaban cerradas y se han abierto cuatro grandes aperturas, situadas cada una en una de las cuatro esquinas del feudo. Lo que ha generado algo de confusión entre los asistentes.El impacto de este evento se traducirá en torno a 70 millones de euros de impacto económico durante toda esta semana. Eso sí, los residentes se preguntan ahora «si todo este beneficio compensan las molestias que están causando paralizando una zona principal de la capital».Los cortes de tráfico comenzaron a las 6.00 horas del sábado y se han prolongado hasta las 20.00 horas, afectando a algunas de las vías más transitadas del barrio y la arteria principal de la capital. El entorno del estadio permaneció cerrado al tráfico durante todo el operativo. Según el plan diseñado por el ayuntamiento, los residentes de la zona que contasen con el permiso podían acceder a dichas vías cortadas, excepto al tramo de la calle de Padre Damián que se encuentra entre la calle de Rafael Salgado y la plaza de los Sagrados Corazones en el que, «por motivos de seguridad», no fue «posible el acceso». Esta fue una cuestión que tensionó a los vecinos. Nicolás, residente de la zona, se quejaba ayer de que «hay gente que quiso bajar por Padre Damián para ir a misa y no les dejaron pasar ni a pie»; unos cortes excepcionales que, lamentan, se extendieron «durante 48 horas».
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