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#México
Un recorrido por los sabores más auténticos del país donde cada plato es una fiesta
Esta es la historia de los tacos más famosos del mundo: la tradición de los tacos al pastor
La gastronomía mexicana no solo se come: se celebra. Es una cocina que huele a maíz, sabe a chile y suena a mariachi. En 2010, la UNESCO la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y no fue casualidad. Su mezcla de raíces indígenas y españolas, sus técnicas ancestrales y su explosión de sabores la han convertido en una de las cocinas más queridas y reconocibles del mundo.
Pero México no se resume en nachos ni tacos. Su recetario es un universo inmenso donde cada estado, cada pueblo y hasta cada familia guarda su propio secreto culinario. En el Día de la Gastronomía Mexicana, nos alejamos de los tópicos para descubrir cinco platos icónicos que capturan el alma del país.
1. Enchiladas: el equilibrio perfecto entre picante y tradición
Las enchiladas son uno de los platos más representativos de la cocina mexicana. Su base es sencilla: tortillas de maíz bañadas en salsa de chile y rellenas de pollo, carne o queso, aunque cada región tiene su propio estilo.
Las enchiladas suizas se hornean con queso derretido y crema, las rancheras van cargadas de sabor casero y las enfrijoladas sustituyen la salsa de chile por frijoles licuados. Sea cual sea la versión, el resultado es siempre el mismo: una explosión de sabor que combina lo picante con lo reconfortante.
Es el tipo de plato que uno come con las manos y con el alma.
2. Pozole: el plato que convierte una sopa en un ritual
En México, el pozole no es una sopa cualquiera. Es una celebración. Su base es un caldo hecho con granos de maíz cacahuazintle (que al hervir sueltan una espuma característica) al que se añaden carnes, chiles y condimentos.
Esta es la historia de los tacos más famosos del mundo: la tradición de los tacos al pastor
La gastronomía mexicana no solo se come: se celebra. Es una cocina que huele a maíz, sabe a chile y suena a mariachi. En 2010, la UNESCO la declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, y no fue casualidad. Su mezcla de raíces indígenas y españolas, sus técnicas ancestrales y su explosión de sabores la han convertido en una de las cocinas más queridas y reconocibles del mundo.
Pero México no se resume en nachos ni tacos. Su recetario es un universo inmenso donde cada estado, cada pueblo y hasta cada familia guarda su propio secreto culinario. En el Día de la Gastronomía Mexicana, nos alejamos de los tópicos para descubrir cinco platos icónicos que capturan el alma del país.
1. Enchiladas: el equilibrio perfecto entre picante y tradición
Las enchiladas son uno de los platos más representativos de la cocina mexicana. Su base es sencilla: tortillas de maíz bañadas en salsa de chile y rellenas de pollo, carne o queso, aunque cada región tiene su propio estilo.
Las enchiladas suizas se hornean con queso derretido y crema, las rancheras van cargadas de sabor casero y las enfrijoladas sustituyen la salsa de chile por frijoles licuados. Sea cual sea la versión, el resultado es siempre el mismo: una explosión de sabor que combina lo picante con lo reconfortante.
Es el tipo de plato que uno come con las manos y con el alma.
2. Pozole: el plato que convierte una sopa en un ritual
En México, el pozole no es una sopa cualquiera. Es una celebración. Su base es un caldo hecho con granos de maíz cacahuazintle (que al hervir sueltan una espuma característica) al que se añaden carnes, chiles y condimentos.
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