Entrar
Foto de perfil de alberto alberto · · Actualidad · abc.es · ·
El harakiri de Víctor Font
La fecha en la que Laporta decidió anunciar el regreso al Camp Nou no fue casual sino una acto de campaña electoral que sirvió para contraprogramar otra manifestación electoralista, la presentación de la candidatura de Víctor Font . En un espacio frío, desangelado, mal sonorizado, Font decepcionó diciendo lo de siempre en un discurso previsible, aburrido, inane, y que además no se entendía por la pésima calidad del sonido, que fue mejorando a medida que avanzó el acto. Dio la sensación de que el señor Font no ha aprendido nada en estos años, como si no se hubiera enterado de que se presentó a unas elecciones y las perdió por goleada, siendo él mismo, su personalidad, o la proyección pública de la misma, su principal enemigo. Más que un problema de vanidad, Font pareció la noche del lunes tener un problema de desconexión de la realidad , hasta el punto que la estrella invitada del acto fue Xavi, como si el candidato no recordara que ya lo utilizó de baza en la última convocatoria y el jugador lo dejó vilmente tirado cuando se acercó la hora de verdad y vio de que las elecciones las iba a ganar Joan Laporta . Además de la traición en lo personal, está también el fracaso de Xavi como entrenador, sus malos modos en las ruedas de prensa, y el mal sabor de boca que a todos dejó. Sólo alguien que hubiera estado durmiendo desde 2021 y hubiera despertado de repente el lunes, podría pensar que Xavi es un reclamo positivo y no una figura que causa el más absoluto de los rechazos en una masa social convencida de que el mayor acierto de este Barça, además de sus estrellas —que ya estaban con Xavi y no sirvió de nada— es su sucesor en el banquillo, Hansi Flick .Noticias relacionadas estandar Si Fútbol Messi busca candidato para echar a Joan Laporta Sergi Font estandar Si Fútbol Xavi Vilajoana abre el fuego en las elecciones del Barça: «No hay futuro si sigue Laporta» Sergi FontEl espacio elegido, sin alma, desafortunado, se debió a que el presidente de Fira de Barcelona, Pau Relats , acompaña a Font en su candidatura. Cuando se piensa más en ahorrar, aprovechando los recursos de las empresas públicas que dirigen los amigos, ni se puede criticar el personalismo de Laporta, ni que use los recursos del club para su promoción personal. Y por lo menos el presidente suele conseguir lo que quiere, a mucha distancia de la tristeza que transmitió el candidato con la oportunista elección del inadecuado espacio. Lo más remarcable es que hubo gente, mucha gente, y gente importante. Entre 800 y 1.000 personas , muchas de ellas conocidas, relevantes, dando la correcta sensación de que el laportismo, toda vez que genera adhesiones muy intensas, genera también un gran rechazo. La diferencia es que Laporta sabe dinamizar el entusiasmo que provoca, optimizarlo ; y que Font no consigue dar forma ni movilizar a los muchos barcelonistas que discrepan de cómo el Barcelona está siendo llevado. Las elecciones de 2021 no se basaron en la confrontación de dos proyectos, sino en la oposición de una personalidad arrolladora a un proyecto trabajado, serio, tal vez demasiado serio; y no sólo Laporta ganó porque supo conectar mucho mejor con el tipo de socio al que se dirigía; sino que Font perdió por el mismo motivo pero al revés. Han pasado casi cinco años y todo continúa igual . Cuesta imaginar por qué Font cree que en la próxima primavera le puede ir mejor si nada ha cambiado ni él ha sido capaz de aprender de los errores que le llevaron al fracaso. Falta por ver si el Camp Nou resistirá , o por las prisas de Laporta tendremos que lamentar algún accidente; falta por ver en qué estado llega el equipo a marzo, si está vivo en las tres competiciones, sobre todo en la Champions ; y no sólo no son factores menores, sino que son los que decidirán las elecciones. También la salud presidencial, aunque últimamente parece un poco más controlada. Pero todo lo que por su parte Font podría estar haciendo bien, lo hace calamitosamente mal: ni se ha dado cuenta de que es un candidato perdedor aunque sus ideas puedan ser buenas; ni entiende que Xavi es una lacra de la que además no puede fiarse; ni ha conseguido unir totalmente a la oposición: y todo el mundo sabe que si ya es casi imposible ganar a Laporta sin catástrofe mediante, con tres candidatos no tendría sentido ni presentarse.

Comentarios