Clanes de alberto
Selecciona un clan para abrir su perfil público.
#Murcia
#Cultura
#Patrimonio
#Cartagena
#Teatro Romano
#Región de Murcia
Los yacimientos de origen islámico, como los que predominan en Murcia, han quedado históricamente rezagados, mientras que los especialistas lamentan que la inversión en patrimonio dependa esencialmente de fines turísticos
El yacimiento de San Esteban de Murcia, a punto de comenzar su rehabilitación
Calle Platería, 31, centro histórico de la ciudad de Murcia. Una boutique de juguetes sexuales llama poderosamente la atención del viandante, no por la naturaleza del establecimiento, sino por su localización. Este sex shop está situado en un yacimiento arqueológico del siglo XIII, concretamente, en el patio central de lo que en su día fue una casa árabe, donde aún se conservan los restos de una muralla de finales del siglo XII y principios del siglo XIII.
No es el único resto de la muralla que siglos atrás sirvió de defensa para la Mursiya en expansión de Ibn Mardanís, más conocido como Rey Lobo, que se encuentra escondido en un lugar asombrosamente cotidiano de la ciudad. En el conocido parking de La Glorieta, en el corazón de Murcia, también se pueden ver los restos de esta infraestructura defensiva islámica. Además, cuando cae la noche y empieza a apetecer una copa, se puede contemplar la muralla en algún que otro bar de la capital murciana.
Luis de Miquel Santed, director del Museo Arqueológico de Murcia, opina que, hasta hace no mucho, la ciudad no creía en su patrimonio histórico. “Durante décadas, se excavaba el solar y después se tapaba y se destruía”, apunta a elDiario.es el arqueólogo y museólogo, con una amplia trayectoria en el sector del patrimonio y del turismo. “Explotó el tema de San Esteban, pero simplemente porque iban a hacer un parking en una gran manzana vacía y salieron muchos restos. Cuando salían solamente unos pocos restos en un solar pequeño, se tapaba y se acabó”, añade.
En efecto, el yacimiento de San Esteban fue una excepción, situado además junto al palacio con el que comparte el nombre, sede gubernamental de la Región de Murcia. La excavación ayudó a llamar la atención sobre el patrimonio de origen islámico que predomina en la capital murciana, hasta entonces ignorado. “Parece que ahora están descubriendo en Murcia que tener un turismo cultural es una fuente de ingresos adicional y de buena imagen para la ciudad”, señala De Miquel. No siempre fue así.
Cartagena: una apuesta diferente al turismo de sol y playa
Vista de Cartagena desde lo alto del Castillo de la Concepción. En primer plano, las ruinas del Teatro Romano. Al fondo, los astilleros del puerto y el Arsenal militar
Para comprobarlo, basta una visita a la ciudad vecina de Cartagena. Con casi un millón de visitantes recibidos en el año 2024, la ciudad portuaria es bastante más popular entre los turistas que Murcia, que apenas superó el medio millón. El turismo de sol y playa y los cruceros justifican, en parte, la diferencia, pero la apuesta por el patrimonio cultural en Cartagena comenzó mucho antes, lo que le ha permitido jugar con ventaja.
De Miquel, que residió allí en la época, explica que, después de los años 90, con la desindustrialización, Cartagena se planteó reinventarse. En un destino turístico costero ya consolidado, especialmente en la zona La Manga, el turismo cultural surgió como una nueva herramienta “para cambiar una imagen de ciudad contaminada, militar, triste, abandonada…”. La competencia era feroz desde otros destinos de playa mucho menos costosos en el norte de África e, incluso, el Caribe. “Al principio no creían mucho, pero estaba la cosa tan mal que empezaron a poner dinero”, señala.
El yacimiento de San Esteban de Murcia, a punto de comenzar su rehabilitación
Calle Platería, 31, centro histórico de la ciudad de Murcia. Una boutique de juguetes sexuales llama poderosamente la atención del viandante, no por la naturaleza del establecimiento, sino por su localización. Este sex shop está situado en un yacimiento arqueológico del siglo XIII, concretamente, en el patio central de lo que en su día fue una casa árabe, donde aún se conservan los restos de una muralla de finales del siglo XII y principios del siglo XIII.
No es el único resto de la muralla que siglos atrás sirvió de defensa para la Mursiya en expansión de Ibn Mardanís, más conocido como Rey Lobo, que se encuentra escondido en un lugar asombrosamente cotidiano de la ciudad. En el conocido parking de La Glorieta, en el corazón de Murcia, también se pueden ver los restos de esta infraestructura defensiva islámica. Además, cuando cae la noche y empieza a apetecer una copa, se puede contemplar la muralla en algún que otro bar de la capital murciana.
Luis de Miquel Santed, director del Museo Arqueológico de Murcia, opina que, hasta hace no mucho, la ciudad no creía en su patrimonio histórico. “Durante décadas, se excavaba el solar y después se tapaba y se destruía”, apunta a elDiario.es el arqueólogo y museólogo, con una amplia trayectoria en el sector del patrimonio y del turismo. “Explotó el tema de San Esteban, pero simplemente porque iban a hacer un parking en una gran manzana vacía y salieron muchos restos. Cuando salían solamente unos pocos restos en un solar pequeño, se tapaba y se acabó”, añade.
En efecto, el yacimiento de San Esteban fue una excepción, situado además junto al palacio con el que comparte el nombre, sede gubernamental de la Región de Murcia. La excavación ayudó a llamar la atención sobre el patrimonio de origen islámico que predomina en la capital murciana, hasta entonces ignorado. “Parece que ahora están descubriendo en Murcia que tener un turismo cultural es una fuente de ingresos adicional y de buena imagen para la ciudad”, señala De Miquel. No siempre fue así.
Cartagena: una apuesta diferente al turismo de sol y playa
Vista de Cartagena desde lo alto del Castillo de la Concepción. En primer plano, las ruinas del Teatro Romano. Al fondo, los astilleros del puerto y el Arsenal militar
Para comprobarlo, basta una visita a la ciudad vecina de Cartagena. Con casi un millón de visitantes recibidos en el año 2024, la ciudad portuaria es bastante más popular entre los turistas que Murcia, que apenas superó el medio millón. El turismo de sol y playa y los cruceros justifican, en parte, la diferencia, pero la apuesta por el patrimonio cultural en Cartagena comenzó mucho antes, lo que le ha permitido jugar con ventaja.
De Miquel, que residió allí en la época, explica que, después de los años 90, con la desindustrialización, Cartagena se planteó reinventarse. En un destino turístico costero ya consolidado, especialmente en la zona La Manga, el turismo cultural surgió como una nueva herramienta “para cambiar una imagen de ciudad contaminada, militar, triste, abandonada…”. La competencia era feroz desde otros destinos de playa mucho menos costosos en el norte de África e, incluso, el Caribe. “Al principio no creían mucho, pero estaba la cosa tan mal que empezaron a poner dinero”, señala.
Comentarios