Clanes de alberto
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Sin demasiadas probaturas, Luis de la Fuente apostó por su portero, Unai Simón . Imbatido en las cinco primeras jornadas de esta fase de grupos, en la sexta se rompió la muralla del portero de la Selección española. 550 minutos sin encajar un tanto después de que un rebote en el área le sirviera a Turquía para igualar el encuentro. El gol de Deniz Gul, el joven delantero del Oporto, cortó la racha de Unai, que se quedó así lejos de ese récord de Iker Casillas, que llegó hasta los nueve encuentros sin recoger la pelota de la red.Fue el sabor agridulce en la Cartuja. Y no por culpa de Unai Simón, que se lució con varias intervenciones de mérito . Espectaculares fueron sus despejes ante la chilena de Yilmaz o esa mano con la que despejó a saque de esquina un disparo del propio atacante turco. Pero si el tanto de Gul al final del primer tiempo ya rompió su racha, el de Ozcan, que puso el momentáneo 1-2 incluso generó nerviosismo en el ambiente.Pero no en Unai Simón. Por algo es el elegido por De la Fuente, que ni siquiera en una jornada con los deberes casi hechos quiso cambiar al dueño de la portería. Es su meta de confianza y así lo seguirá siendo si todo transcurre con normalidad . Ni ese excepcional rendimiento de David Raya en el Arsenal hace cambiar de opinión al seleccionador, que tiene en el portero del Athletic a uno de sus futbolistas de confianza. Un fijo haga viento o frío. O sin jugarse casi nada, como esta vez en la Cartuja.La apuesta de Unai por la Selección ha sido siempre absoluta . Ya lo demostró en la Eurocopa, cuando pospuso una operación de muñeca para poder acudir a la cita. El resultado final fue inmejorable para el equipo y para el portero, pero el gesto ya se había realizado con anterioridad. Ese compromiso exhibido no se olvida fácilmente y menos para un De la Fuente a quien le gusta ese sentido del deber.El apoyo de la CartujaSí contó Unai Simón con el apoyo de los aficionados. Recibido entre aplausos cuando salió a calentar, la intensidad se elevó al ritmo de sus paradas. Los 30.812 espectadores que asistieron a la Cartuja sí se volcaron con el portero , como también con el resto de integrantes del combinado nacional, aunque Fabián y Fermín también contaron con la ayuda de esos familiares que acudieron al estadio.Fue una Cartuja a medias. Con 15.000 menos espectadores que en la comparecencia anterior de la Selección cuando se celebró la victoria ante Escocia. Con los deberes prácticamente hechos, la afición sevillana respondió con menos rotundidad que en otras noches de más novelería , aunque el público sí contagiar al equipo de esa animosidad con la quiso combatir la primera noche de frío del otoño sevillano.Los ánimos se caldearon con el arreón final. Quería la Selección acabar la fase de grupos con una victoria. Y también la Cartuja festejar ese triunfo con el que poner el colofón en el camino hacia el Mundial. Se celebró el gol de Fermín hasta que el asistente levantó la bandera, pero no fue la mejor noche española. Tampoco para Unai Simón, que esta vez sí tuvo que mirar hacia la red de su portería.
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