«El sentido de la vida no se pierde con la edad, se transforma y aporta dignidad»
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Una de las preguntas más antiguas y persistentes en el ser humano, que asalta con frecuencia en la adolescencia, en momentos de cambio, de vulnerabilidad, y que cobra mayor fuerza en la madurez , es, sin duda, la siguiente: ¿cuál es el sentido de la vida? Con el objetivo de dar repuesta a esta cuestión, la Fundación "la Caixa" en colaboración con ABC han celebrado la jornada 'Hablemos de sentido y propósito de vida en la vejez', en la que, Soledad Puértolas , escritora y académica de la Real Academia Española, apuntó que « tener propósito no es algo opcional , es una cuestión irrenunciable, aporta dignidad a las personas mayores y da esa vitalidad que, en ocasiones, se merma con la edad». Matizó, no obstante, que en la vejez este sentido vital es diferente, «es más suave, dulce y comprensivo, lejos de la agresividad y competitividad de etapas vitales anteriores».Rosa María Calaf, periodista jubilada de RTVE resaltó la importancia de encontrar sentido a la vida, porque «es lo que te va a dar la esencia , la energía para seguir hacia adelante; mientras que si no lo tienes, realmente lo que estás haciendo simplemente es sobrevivir, no vivir . Este sentido es distinto en cada persona y en cada etapa, va variando a lo largo de los años, se transforma. A mí lo que me da sentido en la vida es viajar. Lo esencial es adaptar el propósito en función de aquello que amas y haces, con lo que aprendes, con lo que compartes... Y es que, además, siempre puedes encontrar sentido de la vida en los demás, al relacionarte con otras personas. Cuando llegas a la vejez –advirtió–, tienes derecho a no sentirte invisible y a que no te hagan sentir prescindible, porque eso es tremendamente injusto. Y hay que tenerlo claro». Para Javier Yanguas , gerontólogo y director científico del Programa de Personas Mayores de la Fundación "la Caixa" , el sentido de la vida funciona como una brújula que orienta hacia donde uno quiere ir. « Es una necesidad humana porque te ayuda a tirar de ti mismo, a no detener proyectos, a tener motivaciones, poner ganas en algo y, sobre todo, a salir de tu zona de confort ». Considera que la alternativa, la de no buscar un propósito, no es nada buena «porque siempre necesitamos algo que nos impulse, nos traccione y tire de nosotros».Noticias relacionadas estandar No Premios ABC Cuidamos Contigo: «Todos hemos sido, somos o seremos cuidadores» Carlota Fominaya estandar No Se conocieron en la residencia Pepa (71 años) y Pepe (67), una historia de película que acaba en boda Laura PeraitaSin embargo, durante el encuentro quedó patente que no todas las personas tienen esa habilidad para evitar estar todo el tiempo en su zona de confort, por lo que salir a buscar un propósito les resulta más complicado . Soledad Puértolas, por ejemplo, confesó que, al contrario que a Rosa María Calaf, la idea de viajar le parece muy estresante. «Sólo montarme en el tren me resulta tremendo, ni que decir en un avión. A veces me pregunto '¿qué hago yo, que soy una anciana, tirando de una maleta de allí para allá para dar una conferencia o ser miembro de algún jurado?'. Pues la respuesta es clara: lo hago porque es la manera de conocer un poco cómo es la vida fuera de mi hogar y, sobre todo, por saber cómo soy yo fuera de casa. Arriesgar es muy importante. Quizá debería dedicarme a descansar, pero el problema es que si no sales de casa te vas acobardando y, al final, reduces tu vida a las obligaciones más domésticas. No podemos renunciar a aquellos niños o jovencitos que fuimos, hay que vivir con la esencia de todo lo que hemos sido para tener ilusión».Soledad Puértolas «La idea de arriesgar es muy importante. Si no sales de casa te vas acobardando y, al final, reduces tu vida a las obligaciones más domésticas»Ante esta declaración, Yanguas insistió en que a veces la vida hay que vivirla con cierto riesgo con el objetivo de alejarnos de ese formato que aporta seguridad y dar oportunidad a poder explorar nuevos ámbitos . «Muchas personas mayores optan por seguir como están, situando la seguridad por encima de todo, pero –insistió– hace falta vivir ese riesgo de salir de uno mismo, de buscar, de conocer, tener, conseguir... Y si uno se equivoca, no pasa nada. Siempre se puede reconducir la situación ». No pasaron por alto los ponentes que, cuando se llega a la vejez, algunas personas lo hacen con fragilidad , pero aconsejaron que para dar sentido a la vida no hay que pensar en renunciar a cosas, sino en ir adaptando cada realidad a las nuevas situaciones. En este sentido, se hizo especial hincapié en que salir de la zona de confort y asumir cierto 'riesgo' no implica realizar acciones extraordinarias, porque a veces el sentido de vida se encuentra en pequeños actos cotidianos como crear, escribir, cuidar plantas, estar con los amigos... Recordó Soledad Puértolas que no hace mucho tiempo se rompió un brazo y se sintió debilitada y con limitaciones. Empezó a ir a rehabilitación y curiosamente, a pesar de sentirse impedida, «he estado ilusionada porque he conocido a una masajista maravillosa, he estado con otras personas que también acuden allí y me parece interesante descubrir otras situaciones que son parte de la vida. He sido consciente de que hay cosas que no se pueden hacer por estar limitada, pero me he adaptado a mi nueva realidad ».A pesar de estos mensaje optimistas y esperanzadores, los tres ponentes coincidieron en que todavía queda mucho por hacer en la sociedad para luchar contra el edadismo. «Las personas mayores estamos estigmatizadas –puntualizó Calaf–, tenemos sobre nosotros esa carga de negatividad social que nos provoca una sensación de que no podemos planificar ni pensar o actuar por nosotros mismos. Nos quieren hacer ver que cuando uno se hace mayor, todo se acabó. Y, aunque eso no es cierto, vemos restringidos nuestros derechos solo por una cifra que es la que marca nuestra edad».Se trata, tal y como señaló Yanguas, de una idea extendida en nuestra sociedad y «es muy duro cuando una persona mayor escucha constantemente 'tú no' y se siente excluida de aquello que desea hacer porque se le ponen límites y, lo peor, es que estos mensajes los integran y los sienten como propios lo que les hace sentirse mal por tener más años».Javier Yanguas «Es muy duro cuando una persona mayor escucha constantemente 'tú no', y se siente excluida de aquello que desea»Para Puértolas, el problema está en que se mete a todas las personas mayores «en el mismo saco», cuando se trata de un grupo de población muy heterogéneo. «Existen dificultades para hacernos cargo de esa diversidad por lo que hace falta crear otro modelo social porque el que hay no nos satisface y no resuelve que tengamos una convivencia sana, productiva y feliz».¿Vas a dedicar 30 años de tu vida sólo a descansar?Añadió Javier Yanguas que el sentido de la vida «no sale únicamente de nosotros, sino que lo encontramos fuera, y eso es lo que le falta también a las personas mayores. Escasean los mecanismos para aprovechar el talento senior , lo que da pie a que, por ejemplo, haya personas que piensen al jubilarse que van a dedicarse a descansar. ¿Van a destinar casi 30 años de su vida sólo a descansar? Creo, sinceramente, que debemos cambiar la manera en que entendemos la vejez porque, cada vez más, tenemos sociedades más longevas y la manera de transitar por esta etapa vital es muy distinta a la de las generaciones pasadas. Es decir, el sentido de la vida no siempre tiene que venir de una reflexión y acción interna de la propia persona, a veces viene dado de fuera, de los amigos, de la familia de actividades propuestas». De hecho, aseguró que desde la Fundación "la Caixa" están desarrollando nuevas metodologías para fomentar este sentido de propósito con nuevos enfoques de interés para este sector de población.Rosa María Calaf «En Japón se han dado cuenta de que la población vive cada vez más y que no pueden tener a este grupo social sin hacer nada»Durante el encuentro también se hizo un repaso de ejemplos internacionales donde la atención a las personas mayores es muy diferente y de los que se puede aprender mucho. «En Japón, que es uno de los países más longevos junto a España, el envejecimiento es muy valorado –explicó Rosa María Calaf que conoce bien esta cultura–. Allí se potencia que los mayores realicen actividades e, incluso, se incentiva a las empresas que los contratan. Se han dado cuenta de que la población vive cada vez más y que no pueden tener a este grupo social sin hacer nada. En Japón se impone el famoso 'ikigai', lo que significa razón de ser, propósito, sentido de la vida. Es decir, las personas mayores hacen aquello que les gusta hacer en función de su talento y habilidades, se sienten útiles, aportan y son compensadas porque se sienten felices por cumplir sus deseos ».MÁS INFORMACIÓN noticia No La forma más práctica de desterrar el «ya me pilla mayor» en el manejo de la tecnología noticia No «Sin dinero es muy difícil cuidar a las personas mayores y dependientes en su casa» noticia No Edadismo: el error de juzgar por la edad y no por las capacidades de cada unoComo conclusión de la jornada, los ponentes invitaron a la reflexión social para repensar el envejecimiento, reconocer la diversidad de experiencias y capacidades de las personas mayores y fomentar la colaboración entre generaciones para construir una sociedad donde el sentido y propósito de vida sean una realidad en la vejez .
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