Clanes de alberto
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Jaime de los Santos, historiador, escritor y político acaba de publicar su último libro, 'El evangelio según Caravaggio', en el que nos sumerge en la vida del genio, con rigor y pasión, reivindicando sus luces sin esconder las sombras. Aprovechamos para hablar con él de pecados capitales. -Le perdono un pecado capital.-La ira. Por más que con los años la vaya controlando, en ocasiones la vehemencia se puede llegar a convertir en ira, y hay que embridarla. Ahora bien, hago mucho trabajo personal para tenerla bajo control. -Un pecado controlado no es pecado.-Es que me lo estoy trabajando mucho.-Entonces no debe ser muy perezoso.-No lo soy nada. Y no tengo nada de gula. Y la lujuria pasó hace ya muchos años. -No me peca usted nada. ¿Sería eso soberbia?-Para nada. Y mira que tengo esta pinta así, como un poco de sobrado, pero no lo soy en absoluto. -¿Ni un poco envidioso?-Tampoco. Ni avaricioso. Vengo de una familia de clase media pero éramos cinco hermanos, lo que la convertía en una familia de clase media tirando a baja, porque había que pagar estudios, ropa y comida para muchos. Y, con una educación como la que nos dieron mis padres, hemos sido muy felices pero nos hemos visto muy ajustados en lo material en ocasiones. Ahí no te da tiempo ni para ser perezoso, ni envidioso, ni avaricioso. -A lo mejor tendríamos, a estas alturas, que actualizar la lista.-A lo mejor sí. Yo introduciría la mentira, que para mí es uno de los peores pecados que hay. Debería ser el octavo pecado capital. -Intuyo que no es nada mentiroso tampoco.-Los vehementes no podemos ser mentirosos. No nos sale. -O sea, que no es por bondad sino por incapacidad.-No sé si soy bueno o no, pero sí sé que quiero serlo. Si me preguntaras qué quiero ser de mayor, te diría que «quiero ser bueno». Por encima de todas las cosas. -Hagamos una cosa: añade usted la mentira y saco yo la gula.-Venga, estoy de acuerdo. La gula no debería ser considerada pecado.-Y si seguimos actualizando… ¿alguno relacionado con las redes sociales?-El otro día, en la misa de la Almudena, el Arzobispo de Madrid habló precisamente de eso y dijo que no estaba en contra de las redes, ni mucho menos, sino de la mentira. Me pasa igual.Noticia Relacionada LOS SIETE PECADOS CAPITALES DE... estandar No Manuel García Castellón: «En España, la mentira está instalada en el poder» Rebeca Argudo El juez, ya jubilado, acaba de publicar el libro 'Habla, para que se conozca', un recorrido por su vida profesional-No es la herramienta sino el uso.-Eso creo yo. La interconexión a la que hoy día estamos tan expuestos nos ha ayudado en tantas cosas que no podemos criminalizar la herramienta, sino ponerle bridas. Mira, puede que esa sea una de mis palabras favoritas: embridar. -¿Y eso?-Estamos en un momento en que pasamos del todo vale al nada vale. Y en realidad es en los grises donde están todas las posibilidades. Por eso hay que embridar y poner lindes. -Aquello de las pasiones humanas sin llegar a convertirse en pecados.-Efectivamente, nuestras principales virtudes se pueden llegar a convertir en nuestros principales pecados si se descontrolan. Esa energía que se tiene a raudales debe estar contenida o se desboca. Y si es ella quien te domina a ti y no al revés, estás perdido. Pero, oye, vivan las pasiones.
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