Kevin Roberts: «Occidente no está dividido, quien se derrumba es la clase dirigente privilegiada con sus falsos ídolos»
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Recuperar la cristiandad «con fervor y sin complejos» era el lema de la conferencia de Kevin Roberts, presidente de la estadounidense Fundación Heritage, y su participación en la 27ª edición del Congreso Católicos y Vida Pública este viernes en Madrid, ha sido fiel a lo esperado. «Probablemente esperan que un estadounidense sea directo, así que lo seré: el relato oficial es una mentira», ha espetado. Se trata de «un gesto de autoengaño de unas élites fracasadas aferradas a un poder que nunca se han ganado y que, digámoslo, están perdiendo rápidamente», ha añadido, para reconducir el discurso en positivo: «La verdadera historia de Occidente hoy es la esperanza».En realidad, Roberts ha comenzado dibujando un escenario desolador. «Nuestras iglesias están vacías, nuestras escuelas están cerrando, nuestro arte y nuestra arquitectura son feos, la política se ha convertido en nuestra religión, tratamos a los niños como adultos y a los adultos como niños», ha explicado sobre la situación que vive Occidente. Y ha añadido: «Hemos cambiado el matrimonio por la pornografía, la comunidad por los clics y la aventura de la santidad por la realidad virtual». Una situación de la que, según su criterio, tampoco escapan los países. «Naciones que antes eran orgullosas —incluida, y especialmente, ésta [en referencia a España]— construidas sobre visiones claras de lo verdadero, lo bueno y lo bello, ahora no son capaces, ni siquiera se inquietan, por defender nada de todo esto, por no hablar de sus fronteras, su soberanía o su cultura», ha señalado.Noticia Relacionada estandar No El Congreso Católicos y Vida Pública reivindica la esperanza cristiana como antídoto frente a la crisis de Occidente José Ramón Navarro-Pareja La ponencia inaugural estará a cargo de Kevin Roberts, presidente de la Heritage Foundation, uno de los 'think tanks' más influyentes en la actualidad política de Estados UnidosAsí, en un mundo que «parece estar deshilachándose por las costuras», Roberts ha entendido como «muy apropiado que la esperanza sea el tema de esta conferencia y del Jubileo de la Iglesia Católica de este año». Una realidad que no implica que también «nuestra Iglesia, nuestra cultura, nuestra civilización han estado aquí antes: al borde de la extinción, con los bárbaros a las puertas o incluso dentro de ellas». Sin embargo, «cuando Occidente parece más cerca de la muerte es cuando, en realidad, está más cerca de la gloria», ha añadido. «Como escribió Chesterton, el cristianismo ha muerto muchas veces y ha resucitado, porque tenía un Dios que conocía el camino fuera de la tumba», ha comentado para ilustrar la situación.Una frase positiva que pronto ha matizado. «Esto no quiere decir que la Cristiandad no esté en crisis. De hecho, afrontamos varias crisis». Y ha explicado que «hay una crisis en la propia Iglesia, acosada por la división y aún recuperándose del escándalo global de abusos». Así, en las dos últimas generaciones, «la asistencia a misa y la adhesión a la doctrina se han desplomado, y el prestigio secular de la Iglesia ha sufrido un golpe». A ello se une que hay una crisis «en nuestra cultura, lo que en Estados Unidos llamamos las guerras culturales».«Occidente está atacado desde dentro y desde fuera», ha continuado. Entre los ataques internos, «nuestras propias élites condenan la religión bíblica, la verdad objetiva e incluso la ciencia», a la par que «desprecian la democracia, el matrimonio y la familia, y llenan nuestra sociedad de pornografía, fealdad y adicción».Y es precisamente en estas «élites» en las que ha centrado la responsabilidad del problema. «En todo Occidente, las élites dirigentes tienen más en común entre sí que con las naciones a las que supuestamente sirven», ha comentado, para denunciar que las instituciones que no pueden capturar intentan usurparlas de un modo u otro». Esto implica que «rechazan los conceptos fundamentales de dignidad humana e igualdad, la soberanía nacional y el Estado de derecho».Occidente y EsperanzaFrente a esa situación ha recordado que aunque parece que la Cristiandad «se dirija hacia la extinción», siempre «ha sido así» y la Iglesia «ha vivido al borde del desastre durante toda su historia, desde que cantó el gallo en el primer Viernes Santo», pero que en todos los casos «la resurrección» vino «del último lugar y de las últimas personas que el mundo esperaba». «Las catacumbas, los monasterios, las órdenes religiosas medievales, la Contrarreforma: todas fueron lideradas no por los grandes, sino por los humildes», ha puesto como ejemplo.Ahora son estas élites seculares «las que dirigen» el mundo, las que controlan las instituciones, la economía, la industria, la cultura, la tecnología, la educación y los medios de comunicación«. Sin embargo, ha apuntado que «no es Occidente el que está dividido, decadente y desesperado», sino que es «la clase dirigente privilegiada, con sus falsos ídolos, su falsa sofisticación y su materialismo vacío, la que se está derrumbando». Sus deseos han fracasado. Estas élites han querido romper los lazos de la fe y la razón con sus políticas sociales, económicas, familiares… a través de su globalismo y sus políticas 'woke', pero «son nuestros socios involuntarios, han hecho el trabajo por nosotros, han llevado a cabo su propia desacreditación», ha proseguido.Frente a ello ha señalado que «la esperanza de millones de personas de distintas naciones, distintas religiones y distintas culturas» es recordar que «incluso cuando caía la oscuridad a su alrededor, que 'la tradición no es la adoración de las cenizas, sino la preservación del fuego» y hoy, esas cenizas son «el mundo secular que se desintegra» mientras que el «fuego es Occidente revigorizado, que se alza de esas cenizas y se extiende por el mundo». En ese sentido, ha recordado «brotes verdes» como la recuperación de las vocaciones en muchas diócesis de Estados Unidos, el aumento de jóvenes en la Iglesia, o que la «nueva generación de sacerdotes sea la más ortodoxa que hemos visto en generaciones». Y también, el «entusiasmo y el orgullo» que ha supuesto la elección del primer Papa estadounidense.También ha recordado el papel de Juan Pablo II en la lucha contra el comunismo en los años 70 y 80 del pasado siglo, como un ejemplo de esa lucha. «Si la Cristiandad ha de levantarse de nuevo, nos toca a nosotros cargar con el peso, como siempre han hecho los cristianos llenos de esperanza», ha añadido.Tras alabar las políticas de Donald Trump, a quien ha considerado «el presidente más relevante desde Ronald Reagan», ha hecho una llamada a la acción sobre la situación concreta en España. «El gobierno de Sánchez ha mostrado al pueblo español claramente cuáles son sus prioridades, a quién sirve de verdad y a quién no», ha comentado. «Una encuesta reciente señaló que dos tercios de sus compatriotas sienten que su país va por mal camino», ha explicado, para añadir que «una era de corrupción 'woke' es una invitación abierta para que las fuerzas de la democracia, la fe, la ley y el orden y los valores familiares salgan al frente». «Cada vez que un gobierno abusa del poder, se abre una oportunidad para defender los valores cristianos gemelos de la solidaridad y la subsidiariedad», ha añadido.Para concluir, Roberts ha apelado a la unión de la sociedad cristiana española porque «construir la cristiandad se logra de manera conjunta, con unidad». «Lo bueno de Occidente es que une nuestra naturaleza. Podemos asociarnos y aprender los unos de otros. Debemos poner a las familias en el centro de la vida pública y llenar las lagunas con esperanza», ha concluido.
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