La pederastia ya es episcopal en España

Los obispos españoles se reunirán esta semana en Madrid en una situación inédita. Por primera vez en España se ha abierto un proceso, algo más que previo, por pederastia contra un obispo en ejercicio hasta este viernes pasado. Lo que había preservado al episcopado español ahora lo equipara a otros de triste memoria. La filtración del caso al diario 'El País', que ha enarbolado periodísticamente esa bandera, le ha dado un nuevo impulso a una causa informativa que ya había languidecido en sus páginas. Como se suele decir en la hermenéutica, para que no ocurra, o sí, aquello de que todo texto, fuera de su contexto, se convierta en un pretexto, tengamos en cuenta algunos datos.El primero es que este caso se publica en un momento en el que el Gobierno de Pedro Sánchez está presionando al máximo a la Iglesia para que acepte participar en su sistema de reparación de las víctimas de la pederastia cuyos procesos civiles han prescrito. La Iglesia había afrontado esta cuestión con su modelo, el PRIVA , que está funcionando de manera satisfactoria en la medida en que cumple su función, por más que siempre haya sectores de víctimas nunca satisfechas. Ahora el Gobierno quiere que la Iglesia se olvide de su proyecto, pese a las reiteradas negativas pasadas al Ejecutivo. ¿Cuál es la mejor forma? Colocar en un estado de agudizada debilidad al episcopado por las contradicciones internas, incluso alimentando a quienes dentro son críticos con lo que ha hecho la propia Conferencia y están apoyando implícitamente el flanco gubernamental.Además, no satisfechos con este horizonte de perplejidad en el que se encuentra el episcopado, más allá del pasado corporativismo, el Gobierno añade otros temas que saben que son sensibles a determinada opinión pública católica y que alimentan esa división interna. Por ejemplo, la situación que se crea en la Basílica de la Santa Cruz del antes llamado Valle de los Caídos. La indeterminada resignificación arquitectónica coloca a la comunidad benedictina ante una disyuntiva sobre su futuro. Y no son esos sólo los únicos temas. Divide y vencerás, un clásico de la política.