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Se trata de un dulce frito de sabor anisado y aroma a limón que revive las costumbres más dulces de Extremadura cada mes de noviembre
Tres platos con salsa Alfredo, la receta cremosa que es perfecta para acompañar la pasta
A las puertas de la celebración del Día de Todos los Santos, festividad que tiene lugar el día 1 de noviembre, una de las tradiciones dulces que resuena con fuerza en la comunidad autónoma de Extremadura es la elaboración de los conocidos como 'huesillos extremeños'. Este bocado frito, de textura esponjosa por dentro y azucarado por fuera, recupera formas que evocan huesos pequeños, y se ha convertido en símbolo de la gastronomía tradicional en esta época del año.
Los huesillos extremeños son un dulce típico de Extremadura que se suele preparar para ocasiones como el Día de Todos los Santos, aunque también aparecen en tiempos de Carnaval o Semana Santa. Se les denomina 'fruta de sartén' porque forman parte de esa categoría de dulces fritos que acompañan las fiestas tradicionales en España, junto a otros como buñuelos, rosquillas, flores fritas y hojuelas. La característica forma del huesillo (cilíndrica, alargada, que al freírse se abre ligeramente y se asemeja a un pequeño hueso) da nombre y singularidad a la receta.
Ingredientes y proporciones
Se cree que el origen de los huesillos está ligado a la antigua repostería conventual de Extremadura, donde las monjas elaboraban dulces con ingredientes sencillos y al alcance de todos, especialmente en los conventos de Las Clarisas. De allí surgieron muchos de los postres como este, que hoy forman parte de la identidad extremeña en la cocina.
Los ingredientes básicos de los huesillos extremeños incluyen huevos, azúcar, aceite de oliva suave, licor de anís, ralladura de limón, harina y levadura. Para una receta tradicional, siguiendo las costumbres más arraigadas en la cocina extremeña, las proporciones incluyen 3 huevos, 120 gramos de azúcar, 70 mililitros de aceite de oliva suave, 25 mililitros de licor de anís, ralladura de un limón, alrededor de 400 gramos de harina, 15 gramos de levadura y una botella de aceite de girasol o mezcla para freír en abundancia para obtener la fritura correcta.
La receta, con estas proporciones, puede dar entre 24 y 30 unidades, según el tamaño. Los huesillos extremeños tienen un interior aromático, esponjoso pero no excesivamente seco, y una capa exterior ligeramente crujiente gracias a la fritura, que luego se envuelve en azúcar. Respecto a la conservación, se recomienda guardarlos en un recipiente hermético, en un lugar seco y fresco, evitando la humedad para que mantengan su textura, durante un máximo de cuatro o cinco días.
Paso a paso para elaborarlos
El procedimiento para elaborar los huesillos comenzaría batiendo los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina. A partir de ahí, es necesario añadir el aceite de oliva suave, el licor de anís y la ralladura de limón y mezclarlo todo bien. El siguiente paso será tamizar la harina junto con la levadura química e incorporarla poco a poco a la mezcla, amasando hasta obtener una masa homogénea que no se pegue a las manos. Habrá que dejar reposar la masa tapada durante unos 30 minutos antes de continuar con la elaboración de la receta.
Tres platos con salsa Alfredo, la receta cremosa que es perfecta para acompañar la pasta
A las puertas de la celebración del Día de Todos los Santos, festividad que tiene lugar el día 1 de noviembre, una de las tradiciones dulces que resuena con fuerza en la comunidad autónoma de Extremadura es la elaboración de los conocidos como 'huesillos extremeños'. Este bocado frito, de textura esponjosa por dentro y azucarado por fuera, recupera formas que evocan huesos pequeños, y se ha convertido en símbolo de la gastronomía tradicional en esta época del año.
Los huesillos extremeños son un dulce típico de Extremadura que se suele preparar para ocasiones como el Día de Todos los Santos, aunque también aparecen en tiempos de Carnaval o Semana Santa. Se les denomina 'fruta de sartén' porque forman parte de esa categoría de dulces fritos que acompañan las fiestas tradicionales en España, junto a otros como buñuelos, rosquillas, flores fritas y hojuelas. La característica forma del huesillo (cilíndrica, alargada, que al freírse se abre ligeramente y se asemeja a un pequeño hueso) da nombre y singularidad a la receta.
Ingredientes y proporciones
Se cree que el origen de los huesillos está ligado a la antigua repostería conventual de Extremadura, donde las monjas elaboraban dulces con ingredientes sencillos y al alcance de todos, especialmente en los conventos de Las Clarisas. De allí surgieron muchos de los postres como este, que hoy forman parte de la identidad extremeña en la cocina.
Los ingredientes básicos de los huesillos extremeños incluyen huevos, azúcar, aceite de oliva suave, licor de anís, ralladura de limón, harina y levadura. Para una receta tradicional, siguiendo las costumbres más arraigadas en la cocina extremeña, las proporciones incluyen 3 huevos, 120 gramos de azúcar, 70 mililitros de aceite de oliva suave, 25 mililitros de licor de anís, ralladura de un limón, alrededor de 400 gramos de harina, 15 gramos de levadura y una botella de aceite de girasol o mezcla para freír en abundancia para obtener la fritura correcta.
La receta, con estas proporciones, puede dar entre 24 y 30 unidades, según el tamaño. Los huesillos extremeños tienen un interior aromático, esponjoso pero no excesivamente seco, y una capa exterior ligeramente crujiente gracias a la fritura, que luego se envuelve en azúcar. Respecto a la conservación, se recomienda guardarlos en un recipiente hermético, en un lugar seco y fresco, evitando la humedad para que mantengan su textura, durante un máximo de cuatro o cinco días.
Paso a paso para elaborarlos
El procedimiento para elaborar los huesillos comenzaría batiendo los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina. A partir de ahí, es necesario añadir el aceite de oliva suave, el licor de anís y la ralladura de limón y mezclarlo todo bien. El siguiente paso será tamizar la harina junto con la levadura química e incorporarla poco a poco a la mezcla, amasando hasta obtener una masa homogénea que no se pegue a las manos. Habrá que dejar reposar la masa tapada durante unos 30 minutos antes de continuar con la elaboración de la receta.
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