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No se prodigó mucho Paco de Lucía en sus últimos años de vida. En la decisión había algo de trauma, sufrimiento e inseguridad, como casi siempre en su carrera. Él mismo lo explicó en 2004 a ABC, cuando publicó ' Cositas buenas ' (Universal, 2014), su último álbum de estudio: «Cuando subes no te da tiempo a sentir miedo, porque tienes ganas de que te reconozcan, de ganar dinero y cuentas con la energía de la juventud. El hambre te da fuerza, pero una vez arriba, te da miedo vivir de las rentas y cuesta encontrar una razón para encerrarte diez horas al día durante dos años a grabar música nueva. Eso me ocurrió con este disco, sobre todo, teniendo el mar enfrente y pudiendo estar en una hamaca con un daiquiri ».Hace tres años, su viuda, Gabriela Canseco , también describió en este periódico el 'vía crucis' que atravesaba el guitarrista cada vez que tenía que afrontar un nuevo trabajo: «Era un tormento silencioso. No molestaba a nadie, pero se lo notabas. Subía del estudio y la comida le sentaba mal por los nervios». Quizá por eso Paco de Lucía solo publicó este álbum desde 1998. «Quise huir de los lugares comunes, ahondar más adentro de la mina a ver si encuentro un mineral que nadie antes haya encontrado. Tratar de ir para adelante pero sin olvidar lo que había detrás. Que suene a viejo, pero que sea nuevo», explicaba el guitarrista sobre 'Cositas buenas', el álbum que acaba de reeditar Universal veinte años después. Noticia Relacionada estandar Si «Paco de Lucía era un tormento silencioso cuando componía» Su viuda, Gabriela Canseco, y su hija, Casilda Sánchez, recuerdan al genio antes del homenaje en el Teatro Real, el 30 de julio, con el que varias de las leyendas que le acompañaron darán el pistoletazo de salida a la fundación que lleva su nombreEl maestro de Algeciras, el premio Príncipe de Asturias de las Artes, se había ganado el derecho a vivir más tranquilo y decidió recluirse a crear este último trabajo, lejos de la carretera y de los compromisos habituales que le llevaban de un lado a otro. Disfrutó tanto del proceso que no tuvo miedo a hacer cosas que nunca había hecho, como cantar él mismo por primera vez como voz protagonista en la bulería por soleá que le dedica a su hija menor, ' Antonia '. También se desprendió de su habitual fobia a los asuntos promocionales y grabó un videoclip para el tango que dio título al disco. Y, sobre todo, 'resucitó' a Camarón de la Isla gracias a la tecnología, incluyendo una pista inédita de su voz en la bulería 'Que venga el Alba'. De Lucía, además, invitó a Tomatito para que tocara la guitarra con él en esta canción, rememorando la histórica colaboración del trío más famoso de la historia del flamenco. «Fue increíblemente emotivo –recuerda el guitarrista almeriense en el libreto que acompaña al disco, obra del periodista Nacho Serrano–. Cuando estábamos en el estudio escuchando la grabación de Camarón para ver cómo hacer las guitarras, Paco se giró, me miró y vi que se le estaban cayendo las lágrimas. Entonces me dijo con la voz entrecortada: 'Parece que estamos los tres juntos, ¿a que sí?'. Nos quedamos callados unos instantes. Recordarlo me da una pena terrible, fue uno de los momentos más sobrecogedores de mi vida». El autor de 'Entre dos aguas' lo compuso en México, no en el refugio de Playa del Carmen donde había dado forma a otras grandes obras, sino en otra casa que compró treinta kilómetros más al sur, en un pueblo llamado Xpu Ha. Solo se podía acceder cruzando la jungla, lejos de la carretera principal. Llamó a la «banda del Tío Pringue» , su pandilla de amigos íntimos, y se pasó meses relajándose al sol, pescando en el mar, jugando al billar en un chiringuito cercano y haciendo películas caseras. Sin embargo, cuando llegaba la hora de hacer música, se lo tomaba en serio. Cuando terminó de dar forma a las cuatro bulerías, las dos rumbas, el tango y los tientos, viajó hasta el barrio madrileño de Batán para trabajar con Javier Limón, que todavía no había ganado ninguno de sus diez premios Grammy ni el disco de platino por 'Lágrimas negras', de Bebo Valdés y El Cigala.Noticia Relacionada cultura estandar Si César Suárez: «Paco de Lucía tenía varias facetas y muchos fantasmas como él decía» Andrés González-Barba El escritor y periodista madrileño publica 'El enigma Paco de Lucía' (Lumen), una biografía que resalta el lado más íntimo del artistaPor Casa Limón pasaron también Antonio 'El Negro' y Guadiana a hacer palmas y coros, el Piraña con la percusión; Diego el Cigala, Montse Cortés, La Tana, Potito y Ángela Bautista a cantar, el guitarrista Juan d'Anyelica y Alejandro Sanz, que en un principio iba a poner su voz, pero se quedó ronco y, finalmente, contribuyó tocando el tres cubano en 'Casa Bernardo'. «Recuerdo perfectamente el día que vino –cuenta Limón a Serrano–. En un momento de la sesión se acabó el tabaco y Paco me pidió que fuera al estanco. Abrí la puerta y apareció Alejandro ¡con mil niñas detrás! No digo mil por decir, había por lo menos un millar de chavalas gritando. Paco salió a ver qué pasaba y Alejandro se puso a hacerse fotos y a firmar autógrafos mientras nosotros nos partíamos de la risa».
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