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Presentan en Alemania dos obras desconocidas de un joven Johann Sebastian Bach
El concierto de estreno tuvo lugar anoche, en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzig, que acoge la tumba de Johann Sebastian Bach . Inicialmente, tras su muerte el 28 de julio de 1750, fue enterrado en el antiguo cementerio de San Juan (Johannisfriedhof), junto a la Johanniskirche, y en 1.900 sus restos fueron trasladados a una cripta dentro de esa iglesia, pero tras la destrucción a causa de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, lograron reposo definitivo en Santo Tomás, en la que trabajó como Kantor desde 1.1723 componiendo y dirigiendo la música litúrgica, ensayando con el coro y estrenando algunas de sus obras más célebres. Por eso ha sido elegida también para el estreno póstumo de dos obras para órgano hasta ahora desconocidas . Según el Archivo Bach de Leipzig, las dos composiciones tienen al menos 320 años y fueron compuestas en la etapa más temprana del célebre músico, cuando tenía unos 18 años y trabajaba como organista en Arnstadt, Turingia.La Ciacona en re menor BWV 1178 y la Ciacona en sol menor BWV 1179 fueron interpretadas por el organista holandés Ton Koopmann , reconocido mundialmente por su interpretación de música barroca y, en particular, por su dedicación a la obra de Bach. «Ha sido un momento mágico », declaró tras el concierto, no sin destacar la « audacia y frescura » de las partituras, «que reflejan la búsqueda de un Bach todavía en formación, pero con la misma fuerza creativa que caracterizaría al músico en su madurez». Insistió además en que su hallazgo no es solo un aporte musicológico, sino también un « regalo artístico para el público contemporáneo, que puede experimentar la evolución del maestro desde sus primeros pasos».El hecho de que ahora puedan ser escuchadas se debe a una investigación de décadas de duración por parte de Peter Wollny , director del Archivo Bach en Leipzig, que conoce las obras desde hace más de 30 años , cuando las encontró por primera vez en la Biblioteca Real de Bélgica en Bruselas. No estaban firmadas ni catalogadas como obra de Bach, pero creyó ver en ellas rasgos inconfundibles del compositor y no pudo quitárselas de la cabeza. A esta etapa de Bach pertenecen también piezas como la Toccata en re menor BWV 565, preludios corales tempranos como Nun komm, der Heiden Heiland BWV 599 y otros del Orgelbüchlein, así como obras para teclado, entre las que destacan pequeños preludios y fugas como BWV 553–560, probablemente compuestos para la enseñanza y práctica en Arnstadt y que muestran un Bach explorando el contrapunto y la técnica manual.La última piezaWollny recopiló durante décadas numerosas pistas sobre su autoría, de la que hacía tiempo no cabía duda. El último dato que investigó antes del estrecho fue el nombre del copista y finalmente pudo concluir que las copias fueron realizadas alrededor de 1705 por el alumno de Bach , Salomon Günther John. Estilísticamente, las obras presentaban características que se encuentran en las obras de Bach de la época y no en ningún otro compositor. Wollny ha apoyado su búsqueda en la última tecnología y ha recurrido a un portal digital desarrollado por la Academia de Ciencias de Sajonia , que reúne y analiza manuscritos, copias y fuentes históricas. El portal permitió comparar los manuscritos encontrados en Bruselas con otras copias conocidas, estableciendo la conexión definitiva con Bach . En su base de datos, todas las fuentes de archivo disponibles sobre toda la familia de músicos de Bach han sido indexadas digitalmente y se han hecho accesibles al público por primera vez.Noticia Relacionada estandar Si Juan Antonio Cuéllar, gerente de la OSG: «¿Una gira con Rosalía? La Sinfónica de Galicia está lista para lo que ella diga» José Luis Jiménez Con tono optimista, celebra la renovación del director titular y abre la puerta a proyectos novedosos«Para la verificación exacta, era necesario un trabajo detallado: las marcas de agua del papel y la tipografía apuntaban a Alemania Central, alrededor del año 1.700», ha explicado Wollny. No fue hasta el año pasado cuando pudo ver los primeros manuscritos de Salomon Günther John, que permitieron la identificación. John fue alumno de Bach en Arnstadt, asumió su primer puesto como organista en 1.703 y más tarde reaparece en Weimar, en el entorno de Bach. Su estilo al escribir las notas y rasgos de la letra resultan inconfundibles y permitieron colocar « la última pieza » del puzle.Ambas partituras, en una copia moderna. La iglesia de Santo Tomás y detalle de una de las partituras manuscritas AFP «Estoy convencido de que los organistas de todo el mundo estarán muy agradecidos por este nuevo repertorio virtuoso y animado », celebraba anoche Wollny.El ministro de Estado de Cultura de Alemania, Wolfram Weimer, que asistió al estreno, calificó el hallazgo de « sensación mundial » y agradeció a Peter Wollny por su trabajo científico. «Esto es más que musicología, (...) es magia». Las dos composiciones para órgano fueron publicadas el lunes por Bach Archiv de Leipzig y ahora están disponibles para el público general.

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