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Foto de perfil de alberto alberto · · Actualidad · eldiario.es · 1 week ago · ·
#Corrupción #Senado #PP - Partido Popular #PSOE #Pedro Sánchez #Comisión de Investigación
'Política para supervivientes' es una carta semanal de Iñigo Sáenz de Ugarte exclusiva para socios y socias de elDiario.es con historias sobre política nacional. Si tú también lo quieres leer y recibir cada domingo en tu buzón, hazte socio, hazte socia de elDiario.es
Vaya resaca tuvo el Partido Popular después de la comparecencia de Pedro Sánchez en el Senado. De las que no se quitan bebiendo agua ni asaltando el botiquín de los medicamentos. Lo veían todo borroso, una vez más porque habían creado unas expectativas que estaban fuera de sus posibilidades. No les vale con denunciar con dureza la política del Gobierno —lógico, son la oposición—, sino que pretenden hacer creer que en su día Sánchez acabará ante un tribunal como acusado de terribles delitos. Es una estrategia de aniquilación del adversario que en ocasiones es tan ridícula que requiere de la colaboración de ese mismo adversario.
Pusieron a un senador del montón para que se disfrazara de Tom Cruise en 'Algunos hombres buenos' y les salió un Torrente con manchas en el traje, una caricatura de fiscal que hablaba de forma atropellada sin saber seleccionar las preguntas adecuadas y presentarlas de forma que Sánchez lo tuviera difícil para escapar. Al final, el que acabó agotado y frustrado fue el senador mientras Sánchez aparentaba estar encantado de estar allí. Había mucho de fachada en la actuación del presidente. Llegó a decir que la candidatura de Ábalos en las listas de Valencia de las últimas elecciones fue una decisión del partido en esa comunidad y no suya. Eso no se lo cree nadie. Se ocupó de no responder a los temas que no le interesaba tocar en profundidad. ¿Qué podían esperar los del PP? ¿Que Sánchez trajera la soga de casa y se ahorcara ante las cámaras?
Como escribí en la crónica de la jornada, Feijóo había anunciado de forma melodramática unos días antes que Sánchez iba a acabar en los tribunales si decía la verdad en la comisión y si no la decía, también. Este hombre no deja de hacer pronósticos que no se cumplen. Supongo que dentro de su cabeza todo le parece fenomenal. Luego, viene la realidad que se abalanza como un tren de mercancías. 
El PP y algunos medios esperaban ver a Sánchez salir en una camilla conectado al oxígeno. El día anterior, José Antonio Zarzalejos, ya totalmente tirado a la trinchera, previó que habría una “reyerta”, porque el presidente es “un demostrado político navajero, un hombre sin clase ni elegancia moral”. Viendo lo que ocurrió, lo de reyerta es exagerado, pero si alguien intentó provocar el enfrentamiento fue el senador Alejo Miranda, del PP. Con resultados bastante escasos. Hasta El Español tituló en un editorial que “el PP no despeina a Sánchez”. Le iban a matar y resulta que ni siquiera le alborotan el pelo. 
Al día siguiente, en vez de encerrarse a llorar en su casa, Miranda dio alguna entrevista para admitir su frustración. Le preguntaron en Onda Cero qué nota se ponía y el hombre dijo que “la media me da más o menos el cinco”. Si él dice eso, está claro que se llevó un rotundo suspenso. El tipo fue tan malo que una columnista de ABC lo clavó en la cruz con el sarcasmo: “Me dicen que ha recibido un sobre del PSOE y me lo creo”. Y había más: “Si frente a él (Sánchez) pones un cuñado que chilla, no deja responder y no maneja bien los tiempos, Sánchez se reviste de gladiador”. Pobre Zarzalejos, que esperaba a un Sánchez navajero y se encontró con que los cuchillos volaban desde el otro lado. 
Un presentador de Telemadrid se retrata ante la pantalla.
Y luego están los payasos de la tele. El de la foto es Antonio Naranjo, un tertuliano de Telemadrid que daba tanta caña a la izquierda y elogiaba a Díaz Ayuso de forma tan entusiasta que le dieron un programa para él solo en el 'prime time' (por cierto, algo parecido ha hecho TVE con Gonzalo Miró). Se puso una careta de payaso por aquello de que Sánchez había dicho que la comisión era “un circo”. No cabe duda de que se autodefinió perfectamente y no voy a ser yo quien le contradiga. 
Ana Rosa Quintana tuvo una idea más práctica, que fue invitar (otra vez) a Víctor Aldama a su programa. Aldama ha salido tanto en Antena 3 y Telecinco que ya sólo le queda Masterchef para culminar su estatus de famoso televisivo.  
El PP estaba tan quemado por lo que había ocurrido en la comisión del Senado que por la noche soltó toda su rabia contra Óscar Puente. En su línea habitual en Twitter (chistes buenos, chistes malos, chistes penosos), el ministro se había burlado del aspecto físico de Feijóo. Qué necesidad hay sólo porque el PP se había referido a las gafas con las que apareció Sánchez. Pero en el PP decidieron que eso justificaba el insulto personal y compararon a Puente con un chimpancé con fotos incluidas.

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