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#carreras
#Navidad
#año nuevo
Esta es la historia tras la tradición que nos hace despedir el año corriendo
¿Qué es el famoso 'hygge' danés y cómo puedes disfrutarlo por Dinamarca?
Cada 31 de diciembre, cuando el resto del mundo piensa en uvas, lentejuelas y brindis, miles de personas se atan las zapatillas para salir a correr. En todas partes las calles se llenan de corredores disfrazados, sudando entre risas, disfrazados con motivos navideños, con gorros de Papá Noel u orejas de reno y dorsal en el pecho. Es la San Silvestre, la última carrera del año -aunque ahora muchísimos pueblos lo celebren unos días antes para no coincidir con noche vieja- y, probablemente, la más simbólica de todas.
Pero ¿por qué se corre precisamente en este día? ¿Qué tiene que ver un santo con las zapatillas de running y la fiesta de Nochevieja?
El origen: de un periódico brasileño a una noche de antorchas
Para entender esta tradición hay que viajar casi un siglo atrás y cruzar el Atlántico hasta São Paulo (Brasil). En 1925, un periodista llamado Cásper Líbero, director del diario A Gazeta, presenció en París una carrera nocturna de Año Nuevo en la que los participantes corrían con antorchas. Fascinado por aquella escena, decidió organizar algo similar en su ciudad, aprovechando el tirón mediático para promocionar su periódico.
Así nació la primera Corrida Internacional de São Silvestre, celebrada a las 23:40 del 31 de diciembre de 1925 y finalizada ya en el año nuevo de 1926. La prueba, de apenas seis kilómetros, se convirtió rápidamente en un éxito popular y hoy sigue siendo una de las más prestigiosas del mundo, con decenas de miles de participantes.
El nombre, San Silvestre, no tiene que ver con ningún corredor histórico, sino con el santo católico Silvestre I, papa en el siglo IV, que murió un 31 de diciembre del año 335. De ahí que su festividad coincida con el último día del año. La carrera, simplemente, tomó el nombre del día en el que se celebraba.
De Brasil a Vallecas: cuando la idea cruzó el océano
La moda llegó a España casi cuarenta años después. En 1961, el municipio vasco de Galdakao (Bizkaia) celebró su propia San Silvestre de Nochevieja, iluminada con antorchas y abierta a corredores locales. Fue la primera de nuestro país, y aunque pasó algunos años sin celebrarse, hoy sigue viva, homenajeando a su fundador Ramón Gil.
¿Qué es el famoso 'hygge' danés y cómo puedes disfrutarlo por Dinamarca?
Cada 31 de diciembre, cuando el resto del mundo piensa en uvas, lentejuelas y brindis, miles de personas se atan las zapatillas para salir a correr. En todas partes las calles se llenan de corredores disfrazados, sudando entre risas, disfrazados con motivos navideños, con gorros de Papá Noel u orejas de reno y dorsal en el pecho. Es la San Silvestre, la última carrera del año -aunque ahora muchísimos pueblos lo celebren unos días antes para no coincidir con noche vieja- y, probablemente, la más simbólica de todas.
Pero ¿por qué se corre precisamente en este día? ¿Qué tiene que ver un santo con las zapatillas de running y la fiesta de Nochevieja?
El origen: de un periódico brasileño a una noche de antorchas
Para entender esta tradición hay que viajar casi un siglo atrás y cruzar el Atlántico hasta São Paulo (Brasil). En 1925, un periodista llamado Cásper Líbero, director del diario A Gazeta, presenció en París una carrera nocturna de Año Nuevo en la que los participantes corrían con antorchas. Fascinado por aquella escena, decidió organizar algo similar en su ciudad, aprovechando el tirón mediático para promocionar su periódico.
Así nació la primera Corrida Internacional de São Silvestre, celebrada a las 23:40 del 31 de diciembre de 1925 y finalizada ya en el año nuevo de 1926. La prueba, de apenas seis kilómetros, se convirtió rápidamente en un éxito popular y hoy sigue siendo una de las más prestigiosas del mundo, con decenas de miles de participantes.
El nombre, San Silvestre, no tiene que ver con ningún corredor histórico, sino con el santo católico Silvestre I, papa en el siglo IV, que murió un 31 de diciembre del año 335. De ahí que su festividad coincida con el último día del año. La carrera, simplemente, tomó el nombre del día en el que se celebraba.
De Brasil a Vallecas: cuando la idea cruzó el océano
La moda llegó a España casi cuarenta años después. En 1961, el municipio vasco de Galdakao (Bizkaia) celebró su propia San Silvestre de Nochevieja, iluminada con antorchas y abierta a corredores locales. Fue la primera de nuestro país, y aunque pasó algunos años sin celebrarse, hoy sigue viva, homenajeando a su fundador Ramón Gil.
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